"Es divertida, cínica, crítica, irónica y muy desacomplejada" ha explicado el director
EL POTOSÍ SUBMARINO es una zarzuela cómico-fantástica que se interpretará en el Teatro de la Zarzuela de Madrid del 19 al 30 de noviembre. Esta obra en tres actos y verso cuenta con orquesta en directo y un gran elenco que nos hará viajar por la España del 1993 con una mirada divertida pero crítica sobre la política y corrupción de la época, entre otros temas sociales.
Así, esta obra ya se estreno en el Teatro de los Bufos Arderíus (Teatro del Circo de Madrid), el 21 de diciembre de 1870 con música de Emilio Arrieta y libreto Rafael García Santisteban.
En BroadwayWorld Spain hemos podido hablar con Rafael R. Villalobos, director de escena, vestuario y autor de la versión y María Rey-Joly, una de las protagonistas que nos han contando más de cerca el proceso de readaptación del musical, así como las sensaciones de cara al estreno y las funciones.
ENTREVISTA CON RAFAEL R. VILLALOBOS
BroadwayWorld: Esta producción es una recuperación de una obra muy antigua. ¿Cómo es recuperar un material que no es tan actual en una nueva producción?
Rafael Villalobos: En realidad yo creo que lo interesante es hasta qué punto la obra guarda paralelismos con la España actual. Hay que adaptar cosas, pero realmente sorprende lo que no hay que adaptar. EL POTOSÍ SUBMARINO me llevaba persiguiendo como 10 años desde que me hablaron de ella por primera vez el musicólogo Enrique Mejías, y no me llamaba la atención hasta que te das cuenta de que no, que España no ha cambiado tanto, porque al final los dos temas principales de la obra son la corrupción y el tráfico de influencias.
Entonces, lo que yo he intentado hacer, con la versión primero y con la voz en escena después, es intentar conservar el espíritu pero trasladandolo a una España mucho más reconocible. Hemos vivido una España donde hay mucha corrupción y tráfico de influencias, y eso lo vemos cada día en el periódico y en los informativos. Me he enamorado de la obra precisamente porque es divertida, cínica, crítica, irónica y muy desacomplejada.
También además de trasladar esas referencias, hemos creado analogías entre los temas de los que va hablando la obra al final. Para también ofrecer una mirada escrita, tanto a la España que refleja el texto original, como a esa España de 1993 en temas. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con la hipersexualización de las mujeres, y lejos de maquillarlo, hemos hecho una visión critica de eso.
BWW: Y para el público que vaya a ver la obra, ¿Qué es lo que queréis contar?¿Qué mensaje o idea queréis transmitir?
RV: Lo que no quiero es lanzar un mensaje, a mí me interesa siempre sembrar la semilla del debate, yo no lanzo mensajes, lo que me interesa es que la gente salga con preguntas y que eso genere una reflexión y se pongan a hablar con el compañero de butaca en el descanso o que luego se vayan al bar y continúen hablando de la obra.
Y bueno, lo que yo he pretendido sobre todo es hacerle un homenaje a la Zarzuela como género mirando esa obra con respeto, con cariño e intentando conseguir con la adaptación precisamente el espíritu que ellos pretendían. Al final ellos hacen una obra que es sencillamente un pasatiempo de tres horas para estar con el cerebro plano y olvidarte de tu vida.
Entonces, yo lo que pretendo es que el público que venga disfrute y entienda lo que era la Zarzuela en el siglo XIX que, como digo, no es un pasatiempo, no es como una película de domingo para olvidarte de tu vida, todo lo contrario, es una herramienta para analizar España desde el humor, desde la ironía, desde el sarcasmo, para ser muy críticos.
Lo más parecido que tenemos hoy quizás serían los carnavales de Cádiz, que pasan de la carcajada a la lágrima y enseguida vuelven a la carcajada. Y son comprometidos con la sociedad y a la vez muy críticos con la derecha y con la izquierda. Entonces eso es un poco lo que yo he pretendido, que la gente venga, que disfrute, que se ría, pero también que se emocione. En un mundo tiktokero donde las cosas duran 30 segundos, donde todo se vuelve fácil, donde pensamos que la gente no lo va a entender, no lo va a aguantar, a mí me parece también activismo hacer una obra que dura un mes de dos horas y media.
BWW: Por otro lado, ¿qué se siente al trabajar con el reparto y el equipo?¿Cómo están yendo los ensayos y de qué manera os enfrentais al estreno?
RV: Pues mira, ha sido una experiencia muy bonita, creo que para todos. Es también intenso, ha habido momentos duros, es una obra muy larga, un lenguaje muy desconocido para muchos intérpretes. Y, como digo, a lo mejor otras adaptaciones de zarzuela u otras aproximaciones, siempre se ha hecho mutilando la zarzuela, cortándola. Aquí para nada. La mayoría, me llamaron por teléfono cuando les llegó la obra y estaban aterrorizados con la idea de memorizar eso y con la idea de que sería imposible sostenerlo. Y yo les tranquilizaba a todos, les decía “bienvenidos al mundo de la zarzuela”.
Entonces, ha sido un proceso también muy interesante porque le hemos dedicado mucho tiempo a dos cuestiones que son fundamentales para que un proyecto así funcione. Una es el texto y la otra es crear equipo, y eso se hace a través de calentamientos y juegos que parecen una tontería, pero en realidad eso lo que consigue es que haya una sensación familiar entre todos ellos, que es lo que se necesita para que vuelva la libertad. Es muy difícil sostener una obra así si tú no estás convencido, relajado y pasándotelo bien con tus compañeros.
Y puede parecer que eso es una pérdida de tiempo pero en realidad es la clave para luego poderlo llevar al escenario y tener muy claro qué objetivo tiene tu personaje y cuál es la intención de cada frase.
BWW: Finalmente, ¿por qué el público tiene que ir a ver EL POTOSÍ SUBMARINO?
RV: Porque es un espectáculo maravilloso, porque es un homenaje a España y a un lenguaje que nos acompaña, también teatral. Es una presentación muy noventera, y a la vez es una crítica que creo que es un reflejo que nos puede servir mucho para plantearnos quiénes somos como país y hacia dónde vamos.
ENTREVISTA CON MARÍA REY-JOLY
BroadwayWorld: ¿Cómo se siente formando de una reactualización de una producción tan antigua pero que se renueva para volver a Madrid?
María Rey-Joly: A mí me encanta siempre participar en nuevas situaciones, tanto si es un estreno como si es una recuperación, como es este caso. A mí, como intérprete, me estimula mucho el que tenga yo la posibilidad de dar mi interpretación sin referencias, porque me da mucha más libertad a la hora de montar el personaje, siempre de la mano del director de escena, en este caso de Rafael. Y me parece muy estimulante.
Y en este caso, además, la visión de Rafael es brillante. Creo que ha sido la mejor manera posible de rescatar esta pieza. La reinterpretación que se ha hecho guarda mucha fidelidad al libreto original, pero adaptándola a lo que hoy en día es necesario.
BWW: ¿De qué manera este material se trae a la actualidad, al 2025?
MRJ: Nosotros ya hemos visto todo el trabajo de readaptación desde los ensayos, de cómo es el montaje y cómo funciona la historia. Y Rafael ha tenido la capacidad de interpretar y adaptarlo al año 93, para acercarlo al público de hoy en día. A mí me parece que es magistral poder darle esa vuelta y la idea es guardar la esencia por ejemplo en la música y la partitura, que se mantiene absolutamente igual. Sin duda, es un acierto la manera en que lo ha enfocado y nosotros, la verdad, es que hemos disfrutado mucho de todo el proceso para poder desarrollar nuestro papel.
BWW: Precisamente, acerca de tu papel, ¿qué implicación tiene y cómo se desarrolla su arco en la trama?
MRJ: Es un personaje complicado de describirlo porque Perlina aparece en el segundo y tercer acto, y aparece en lo que se supone que es el fondo del mar, que no es un fondo del mar real, sino el local que representa. El personaje es una mujer vedette que está en ese local haciendo cosas en su show, y pues de alguna manera es una mujer muy cosificada. Pero luego eso se desmonta más adelante en la función para entender también cómo funciona socialmente con respecto a la mujer.
Creo que es muy interesante ese punto, en que Rafael destaca, con respecto a la mujer, de cómo se ha tratado la figura de la mujer y cómo nos hemos sentido. Y, de alguna manera se demuestra que esto es algo con lo que nos revelamos todos.
BWW: Sois un elenco de muchos más artistas, ¿qué se siente trabajando con ellos?¿cómo van los ensayos? y ¿con qué sensaciones afrontais el estreno?
MRJ: Siempre se dice que hay buen ambiente, pero en este caso, ha habido mucha piña de verdad entre todos. Es una obra de bastantes personajes y hay dos repartos, entonces durante los ensayos hemos sido más numerosos y, además, haciendo mucha piña, porque es verdad que esta función para los intérpretes supone un reto más allá.
La parte hablada es más grande de lo que normalmente sueles encontrar en una zarzuela de repertorio. Entonces, eso suponía un reto y ha sido muy bonito trabajar todos juntos para avanzar en este sentido y, además, en verso, con una adaptación a algo que no se conoce, la referencia no existe. En el proceso de ensayos todos hemos conectado un montón, todos hemos sido uno, y yo me quedo siempre con mucho recuerdo de ese periodo.
Y para el estreno hay muchas ganas, porque es esto, cuando durante tanto tiempo estás trabajando en elaborar un personaje, lo que tienes es ya ganas de sacar del plato y disfrutarlo. Yo me quedo con ganas de más, quiero hacer más y todavía no he empezado. Solo son 5 funciones y confío en que haya oportunidad más adelante de hacerlo otra vez.
Y además, tengo muchas ganas de disfrutarlo con el público porque esa parte de compartirlo con el público y de ver su reacción, de que haya esa comunicación, me encanta. Es muy bonito el diálogo que se establece en una función entre público e intérprete. Por eso. es que encima del escenario esa energía que se recibe es total, y eso hace que en teatro cada función sea siempre única, porque nunca se repiten los elementos.
BWW: Finalmente, ¿por qué el público tiene que ir a ver EL POTOSÍ SUBMARINO?
Para el público amante de la zarzuela, creo que es una cita obligada. Yo no quiero obligar a nadie, pero al que le gusta el género, es muy interesante venir a ver siempre una obra rescatada. En este caso, además, con una partitura tan bonita, con esta puesta en escena tan especial, tan brillante y muchos elementos que hacen de esta función que sea magia pura.
Y luego, al que no conoce la zarzuela, es el mejor motivo para aceptarse a ella. Y yo creo que siempre el motivo es bueno para ir al teatro. Yo creo que siempre hay que venir y disfrutarlo.
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