BWWS BLOG - The Safety Courtain: Quien canta, su mal espanta

By: Sep. 05, 2013
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Eso de que "quien canta su mal espanta" toma especial sentido con los musicales de terror, y es que son escasas las ocasiones en las que el argumento de un musical basado en una novela o película de terror da miedo de verdad. Sin duda, la música parece alejarnos de todos los males, aunque haya quien se ponga malo con Pitingo o El Sueño de Morfeo. Sólo la música 'clásica' contemporánea que sí que es verdaderamente acojonante y puede provocar ansiedad en el oyente incluso cuando trata de contar una bonita historia de amor (si no me crees, escucha a José María Sánchez Verdú)

Sin tratar de realizar un extenso y erudito análisis, reflexionando sobre el fenómeno del musical de terror me he dado cuenta de que los autores acaban optando por la comedia. Quizá sea fruto de la posmodernidad, de la necesidad de mezclarlo todo y reírnos, pero no encuentro ejemplo de musical realmente terrorífico (de forma intencionada, no me refiero a esos tediosos musicales que de vez en cuando acechan nuestra cartelera). La pequeña tienda de los horrores, The Rocky Horror Picture Show, El fantasma del paraíso, Evil Dead... Son todos ejemplos de argumentos terroríficos cargados de humor negro y cachondeo. Aun así de vez en cuando surgen intentos de acercarse a ello a través del terror romántico, decimonónico. Ahí están los ejemplos de Las leyendas de Bécquer, Frankenstein el musical que se ha podido ver en Madrid este verano, Jeckyll y Hyde o Sweeney Todd, pero se acercan más a dramas de tinte psicológico, reflexiones sobre la naturaleza humana, que a puro terror contemporáneo.

Pero es que esta incapacidad del género musical para transmitir una emoción tan inherente al arte y al ser humano como lo es el miedo, podría ser vista como un defecto, sin embargo, creo que es una auténtica virtud, porque, y aunque suene a tópico, el musical potencia con tanto ímpetu otras emociones que no se echan de menos el poder catárquico del terror.



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