Análisis: Wicked, desafiando límites

By: Nov. 24, 2013
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Wicked, el musical estadounidense, presenta la historia detrás del cuento tradicional sobre el Mago de Oz y mediante la compleja relación de amistad entre Glinda y Elphaba, nos invita a cuestionarnos sobre los alcances y la forma en que definimos conceptos como el bien y el mal, dentro de un contexto casi tan complejo como el que vivimos día con día.

La puesta original de Broadway ganadora de 35 premios entre los que destacan tres Tony y el Grammy; y que actualmente se está presentando en el Teatro Telcel de la Ciudad de México, ha sido traída a nuestro país, gracias a una coproducción entre Marc Platt, Universal Pictures, The Araca Group, Jon B. Platt, David Stone y OCESA.

La historia de Gregory Maguire, adaptada por Winnie Holzman para el teatro, toca varios niveles de profundidad: por un lado, a nivel literal se refiere a la historia de las brujas de Oz, sin embargo, en un nivel de mayor interiorización, toca temas como la discriminación, la amistad, la manipulación e incluso la política; viéndose nuestra realidad siempre reflejada de alguna u otra manera. Y para lograr que la historia tuviera el impacto adecuado en nuestro país, cabe destacar la gran traducción de Marco Villafán, que nos recuerda la "vieja" y más efectiva forma de adaptar producciones estadounidenses al español y que logró muy satisfactoriamente su cometido.

La escenografía de Eugene Lee es monumental e impresionante. Produce impacto visual en el espectador, incluso desde antes de que comience el espectáculo, debido a las previstas que enmarcan el escenario y que le dan personalidad y ambiente a la sala del teatro. De la misma manera, los cambios de escena son un espectáculo por sí mismos y en conjunto con la música, crean un ambiente fantástico donde la magia se convierte en una realidad.

En cuanto a la iluminación, Keneth Posner, enriquece enormemente los ambientes de la puesta en escena. Utiliza una cantidad impresionante de "gobos" y luces cenitales o "especiales" automatizados mediante robóticas. Sin lugar a dudas, un gran acierto.

Por otro lado, el diseño de vestuario de Susan Hilferty, en conjunto con las proyecciones de Elaine J. McCarthy, terminan de engrandecer la calidad y la magia de la producción.

Sin embargo, y pese a los demás elementos, la música de Stephen Schwartz es la gran protagonista del espectáculo (y es difícil de definir, pues todos los elementos buscan el protagonismo), con estilos que van desde lo orquestal contemporáneo, hasta la balada pop; y que curiosamente encajan en perfecta armonía, bajo la dirección musical de Isaac Saúl.

En cuanto a las interpretaciones de los actores, por primera vez y después de muchas producciones de OCESA División Teatro, el ensamble es impecable en sus ejecuciones coreográficas y vocales y los cantantes solistas cuentan con una sólida técnica, digna de un musical de esta magnitud.

Danna Paola es la revelación. Sus aptitudes y técnica vocal son excepcionales y en conjunto con sus capacidades actorales, logra crear una Elphaba que desborda calidad y emoción. Sin lugar a dudas, esta joven actriz es una artista en toda la extensión de la palabra y logra convertir una puesta en escena que podría parecer frívola, en una experiencia inolvidable.

La interpretación de Cecilia de la Cueva como Glinda es muy adecuada. Ejecuta a un personaje muy gracioso y convincente dentro del contexto de la obra. Vocalmente, es muy buena y aunque en algunos momentos (sobre todo, en el primer número musical) tiende a apoyarse en la nasalidad para lograr la sonoridad operística que requiere el papel, se le termina aceptando debido a las características de su personaje.

En cuanto a los demás personajes, las interpretaciones de Marisol Meneses (Nessarosa), Adam Sadwing (Boq), Beto Torres (Dr. Dillamond) y Jorge Lau (Fiyero) son adecuadas y competitivas con el nivel que se maneja en la obra, sin embargo, la actuación de Anahí Allué como la Srita. Mórrida es excelente y logra sobresalir. Por desgracia, el único que se queda plano en su interpretación (sin llegar a ser malo) es Paco Morales como el Mago de Oz, aparte de que su acento extranjero llega a ser cansado.

Wicked en México es una excelente opción para los amantes del teatro. Los elevados costos de los boletos valen en su totalidad la experiencia, debido al nivel de producción que se está presentando.

Definitivamente, todos aquellos que trabajan en OCESA División Teatro deben estar orgullosos de haber logrado desafiar sus propios límites y presentar en nuestro país la que es quizá, la mejor producción de teatro musical de los últimos años.

Photo: CNN México's website: mexico.cnn.com



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