Hª del Cine Musical: 'Siete Novias Para Siete Hermanos'

Y el western y el musical se unieron con Stanley Donen en 1954 con Siete Novias para Siete Hermanos. Es el primer musical rodado en cinemascope por la Metro Goldwyn Mayer y una de las películas clave para comprender la historia del cine musical. Protagonizada por Howard Keel y Jane Powell que interpretan a una pareja de jóvenes enamorados. Él maleducado y basto. Ella responsable y refinada.

Adam Pontipee, Howard Keel, es un leñador que vive con sus seis hermanos menores en una casa de la montaña de Oregón. Pelirrojos, rudos y solteros viven bajo sus propias normas, si es que hay normas. Bromistas entre ellos no saben de modales para tratar con el resto de personas. Su educación no va más allá de las cuatro paredes de su cabaña. Un día Adam Pontippee, el mayor de todos, baja al pueblo a realizar unas compras. Es entonces cuando aprovecha para buscarse una esposa, Milly, interpretada por Jane Powell. Encuentra a una joven trabajadora, capaz de partir leña, e inteligente. Ambos se marchan a casa de Adam donde vivirán juntos.

Cuando llegan a la casa, Milly se encuentra con la sorpresa de que el romanticismo no será algo que destaque en su nueva vida de casada. Los hermanos de su marido le dan la bienvenida entre risas y miradas pícaras. En un primer momento es acogida como la criada perfecta para sustentar a los varones. Ante el enfado que esto le causa a Milly, Adam reacciona y el orden comienza a prevalecer. La joven enseña de forma estricta, pero con cierta paciencia y entusiasmo a saber comportarse a los hermanos en distintas situaciones, como en la mesa o en el trato a las mujeres.

La historia de la película se inspira en la novela The Sobbin Women escrita por Stehen Vincent Benet basado en el episodio mitológico El rapto de las Sabinas. En él se representa el secuestro de seis mujeres de la tribu de los sabinos por parte de los fundadores de Roma. Este mito se refleja En Siete Novias Para Siete Hermanos cuando los seis pelirrojos raptan a seis mujeres del pueblo y las encierran en su casa. El objetivo de la operación es conseguir conquistarlas por la fuerza ya que con los consejos de Milly no lograron el amor que buscaban.

El productor del largometraje Jack Cummings quiso trasladar la historia de la mitológica Roma al Oeste, pero los problemas de producción impidieron rodar en exteriores, algo fundamental para representar los cambios de estaciones de la narración. Estas limitaciones cerraron la versatilidad de posibilidades audiovisuales. A la vista de esta adversidad, el director Donen empleó a los actores que interpretaban a los hermanos varones para dar la fuerza que no iba conseguir con la variedad de escenarios. Estos actores consiguen que con elementos escenográficos tan simples como unas tablas y unos caballetes de madera logren impactantes bailes. Es el caso del ballet durante la construcción del granero coreografiado por Michael Kidd, una de las escenas más recordadas en la memoria de la historia del cine musical.

El clima de la casa de la montaña poco a poco adquiere un aire hogareño. Los siete hombres aportan el matiz de western a la historia por su carácter de personas duras, por su aspecto y por sus hábitos de vida. Las canciones endulzan esta atmósfera al dejar ver la parte entrañable y tímida de estos personajes. Los temas musicales enlazan perfectamente con los diálogos. El hilo narrativo está bien constituido por esta unión de canción y diálogo. Dicha conjunción es empleada para mostrar la evolución de los personajes. Lo más claro son los progresos personales de los hermanos que canción tras canción demuestran sus avances.

Algunos de los temas, con letra de Johny Mercer y música de Gene de Paul, más recordados son Lonesome Polecat, número en el que los hermanos talan y sierran los árboles del bosque en mitad de una nevada; Sobbin's Women cuando Adam Pontippee anima a sus hermanos pequeños a secuestrar a sus queridas y Goin' Courtoin, la exposición de reglas que hace Milly a los siete varones. Estos son solo unas pocas canciones que destacan dentro de la historia que está cargada por intervenciones musicales muy visuales.

Siete Novias Para Siete Hermanos nació como un proyecto destinado a las grandes pantallas. Fue después de su presencia en cine cuando fue adaptado a los teatros de Broadway. Ambas adaptaciones disfrutaron de una gran acogida del público y crítica para pasar a convertirse en un musical aún hoy reclamado.