BWW Blog: Nacho Artime - Placer y nostalgia: el último show de 'La Sambasilio'

By: Dec. 15, 2014
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Guest Blogger: Nacho Artime

Es lo que tiene vivir en un musical como quiero hacer yo. Pasas de "La Sambasilio" a La Carrasco en unos días, sin transición, del pasado al presente, de la nostalgia al placer. Y sobra decir que ambas son mis dos grandes amigas.

Ángela me daba un premio en el escenario del Teatro Alcalá de Madrid y Paloma me decía adiós, ¿para siempre?, en el Teatro -magnífico también- de La Laboral de Gijón. No se si lo conté alguna vez, pero sin ellas ni siquiera saberlo, fueron rivales porque quedaron finalistas en el primer casting para un musical que hicieron en su vida. Creo que también era el primer casting que se hacía en España con cierto rigor y el mínimo enchufe. Era el del estreno en España de Jesuscristo Superstar con Camilo Sesto.

Paloma ya empezaba a despuntar. Ángela era una recién venida a todo. Al país desde su República Dominicana, a la televisión más o menos con pinitos de presentadora, a saber si podría ser cantante. El casting para la Magdalena ya estaba prácticamente cerrado: sería Paloma. Pero el último día apareció Ángela acompañando a una amiga, sin siquiera tener valor ni pretensiones de hacer la prueba. Pero le dieron una guitarra y nos dejó boquiabiertos: es ella, es La Magdalena, la que tenía que cantar posiblemente la mejor balada de JCS: "Yo no sé cómo amarle". ¿Qué hacer entonces? Como aquello fue muy democrático, cuando ni aún había llegado la democracia- el dictador moriría en la cama a los pocos meses- ¿por qué no una votación?

El juego fue muy limpio. Y ganó Ángela.... ¡por un voto!. Paloma cuenta en sus memorias escritas "by herself" -que ya es un superventas y que recomiendo encarecidamente- que le dijimos que era "demasiado moderna" para el papel. Es posible que fuera verdad. Tal vez nos hubiera influido el exotismo de Ivon Ellyman, la única que grabó el disco original, estrenó en Broadway y Londres y filmó la película.

Y el enorme hit del show y del disco- vendimos un millón largo en todo el mundo ¡y era doble!- convirtió a La Carrasco en una estrella.

Paloma quedó "herida" en la recámara a la espera de su oportunidad. Tuvieron que pasar cinco años, que seguramente le sentaron muy bien para madurar como cantante, y la renuncia forzosa de Rocío Jurado, para que llegara su momento estelar.

No quiso ir al teatro Monumental donde hacíamos el casting, pero no nos importó ir a su casa con la casi certeza de que era nuestra Evita. No nos dejó ver la prueba. La hizo a solas con Caffi, el estupendo director argentino, que llevaba todo el peso de lo musical. Pero en cuanto cantó "No llores por mí Argentina" se disiparon todas las dudas. Era ella. La que buscábamos con cierta ansiedad.

Y aquella chica lista y avispada que quería bailar bajo la lluvia se convirtió, no solo en una superstar, sino en la gran dama de los musicales. No tenemos, como los ingleses, tanto respeto por nuestros cómicos. No les damos títulos de Sir o Dame. Antes les daban la medalla del trabajo o el lazo de Isabel la Católica. Y el pueblo sabio les llama La Paloma o La Pradera. Es el premio más preciado, el que para mí tiene más valor. No se concede a cualquiera, los franceses siempre tan así de aquella manera las llaman Piaf o Deneuve. O sea.

NOSTÁLGICO ADIÓS A LA PALOMA

El caso es que hace unos días, Paloma llegó a Gijón para lo que parece su adiós definitivo al musical. O precisando un poco más: a cantar en un teatro. Realmente ese largo viaje del dia que dice adiós hacia la noche le duraba dos años. Una carrera de 4 décadas no se cierra en un recital aqui y otro allá. De hecho, su retirada, retirada, la hizo con discreción y en la intimidad con su gente y equipo de siempre en Elche hace unas semanas. Y estaba lista para ir a Los Angeles para pasar una larga y merecida teporada de descanso con su hija y sus nietos. Pero...

Los chicos del coro, aquellos de la famosa película del Colegio de Lyon, volvían a España para celebrar el X aniversario del evento y hacer caja. Y alguien llamó a nuestra Paloma para refuerzo, para que la dama pusiera su clase, su estilo inimitable, en medio de las canciones de Navidad y los clásicos de Hollywood.

Y la fórmula no puede ser mas exitosa.

La aparición de Paloma en plan diva, con un vestido rojo de encaje y melena casi al viento, son de esos momentos estelares que quedará en mi memoria para siempre. Como una versión inigualable de "Moonriver" con los casi 30 chicos y chicas del coro. O sus boleros simplemente al paino, como una diva cubana, como hacía la gran Guillot.

Su paso por el musical ha enseñado a la gran dama a cantar boleros de siempre con una hondura y un sentimiento que no tenía cuando era más joven. No olvidemos que Palo- como la llamamos los amigos- acaba de cumplir 64. Sencillamente asombrosa.

Yo que vivo al lado de Gijón, me fui como un groupie con su estupendo libro de memorias bajo el brazo para que me lo firmara como si fuera su más devoto fan. Que lo soy. El teatro, que es enorme, estaba lleno. Y el público, encantado ante esa despedida. Luego, nos fuimos a cenar mano a mano a una estupenda marisquería de mi amigo Ataulfo, que nos trató como reyes. Y charlamos hasta la madrugada de la vida, del musical, de su retirada... de los nuevos tiempos.

No sé yo si entre tanta nostalgia y placer "La Sambasilio" se va retirar del todo. Siempre quedará un coro, una colaboración, un cameo, una comedia... Posiblemente la chica que quería bailar bajo la lluvia no sabría vivir sin cantar en una teatro.



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