BWW Blogs - Un, Dos, Tres... singular sensation

By: Apr. 27, 2016
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Hace pocos días, el 24 de abril, se cumplían 44 años del estreno del Un, Dos, Tres, y para los que ya tenemos una edad es fácil verse asaltado por la nostalgia y los recuerdos de las secretarias, la Ruperta, la Botilde, el Chollo, Mayra, Superjordi, Chicho, el "hasta aquí puedo leer" y el "tarjetita por aquí". Para los que no la tengan, probablemente todo esto que acabo de decir sonará a chino, así que parafraseando a Juan Marsé y Joan Manuel Serrat: "sepan aquellos que no estén al corriente, que el Un, Dos, Tres del que estoy hablando fue...".

...nada menos que el concurso por antonomasia, y algunos dirían que el programa por antonomasia de la televisión española entre la segunda mitad de los años 70 y principios de los 90. Tres parejas contestaban, para empezar, a las rondas de preguntas, en las que había que enumerar lo que fuera (ríos de España, palabras con cinco vocales, superhéroes) sin repetirse, dos se enfrentaban luego en la Eliminatoria (cada semana con una prueba pringosa, resbaladiza o vergonzante), y una pasaba al meóllo de la cuestión: la Subasta. Diversos elementos iban llegando a la mesa, en esta tercera parte, con una tarjetita que daba alguna (muy somera) pista sobre lo que podía esconder: podía ser un regalo muy bueno o muy malo, desde apartamentos, coches o viajes hasta una calabaza, una vaca o dos millones y medio de cerillas (21 de enero de 1983: literal).

Haz click aquí para ver el final de la primera edición de Un, Dos, Tres

Y si os estoy hablando del Un, Dos, Tres es porque ese fue, durante muchos años, un pequeño refugio, una cita semanal para los amantes de los musicales. A partir de la segunda etapa del programa, entre 1976 y 1978, la Subasta fue amenizada con números de baile y canciones interpretados por el ballet del programa: por ejemplo, en mayo y noviembre del 76 se dedicaron dos ediciones a la zarzuela y al cabaret, para lo que se presentaron temas de La corte de faraón, La verbena de la Paloma y, por supuesto, del musical de Kander y Ebb.

En el 77 hubo programas dedicados al cine, con números de West Side Story o Singin' in the rain (abril), a la revista (julio) y a uno de los grandes compositores de zarzuela, el maestro Serrano (octubre). El mismo mes que, dentro de un programa sobre los signos del zodíaco, aparecía el emblemático 'Aquarius' de Hair. Aquello caló y los números musicales se convirtieron en marca de la casa.

El gran boom del musical comenzó el 20 de mayo de 1983 con el programa titulado "El debut de las secretarias", en el que se presentaba a un nuevo tipo de azafatas-artistas: Silvia Marsó, Kim Manning o Gloria Fernández fueron algunas de las estrellas de esta época del concurso, que lo mismo reinvindicaban el Paralelo más clásico como se atrevían con versiones de The Pajama Game, La Cage Aux Folles o Annie Get your Gun, e incluso el "Send in the Clowns" de A little night music. Con el tiempo, temas como "With a little bit of luck", "Cheek to Cheek" o "That's entertainment" se convirtieron en viejos amigos para los espectadores, pues eran rescatados cada cierto tiempo con una nueva letra, un nuevo tema y una nueva coreografía.

Haz click aquí para ver el debut de las secretarias

La comedia musical como tema fue la protagonista, por ejemplo, de la edición del 30 de noviembre de 1987. Es verdad que, en muchas ocasiones, había un referente cinematográfico detrás de todos estos números, pero los espectadores también pudieron contemplar canciones de musicales que sólo existían en el teatro y que el público español no había podido ver jamás, como el "All that jazz" de Chicago en marzo del 84, con coreografía de Giorgio Aresu, o el "One night in Bangkok" de Chess en febrero del 93.

Además de Silvia Marsó, otras estrellas de la interpretación como Victoria Abril, Agata Lys, Lidia Bosch o Nina comenzaron su trayectoria mediática como azafatas de este espacio, e incluso el actor Manuel Bandera formó parte del ballet del Un, Dos, Tres en su quinta etapa (1985-86), cuando 20 millones de personas veían el programa cada semana. También había grandes heroínas ocultas, como Andrew Bronston, que prestaba su voz a muchas de sus compañeras en los playbacks de la etapa de 1993. De vez en cuando, Chicho Ibáñez Serrador, el padre del invento, incluso nos mostraba atisbos de los duros ensayos, un tipo de making of bastante insólito en la época y que permitía hacerse una idea de todo el trabajo que había tras aquellas incesantes coreografías semanales, que tras Aresu dirigieron Sally O'Neil, Carolina Rodríguez y Juan Carlos Manrique.

El poder difusor del musical que tenía el Un, Dos, Tres sólo fue aprovechado por obras en cartel en tres ocasiones: Emilio Aragón presentó su montaje de Barnum en noviembre de 1984, en una edición oportunamente dedicada al circo; Concha Velasco hizo lo propio con su Mamá, quiero ser artista en el programa de marzo del 86 sobre el mundo del espectáculo, y el Memory de Àngels Gonyalons y Ricard Reguant llegó a tener prácticamente una edición propia en febrero de 1992.

En unos momentos en que el programa acumulaba audiencias multimillonarias, aquel fue probablemente el momento de mayor exposición simultánea que podían esperar los musicales en España. Y, ¿por qué no?, un elemento más a tener en cuenta a la hora de considerar el boom del género en nuestro país en los años que seguirían.

Felices 44, Ruperta: y gracias por ayudar a que, durante un tiempo, medio país viera al menos un par de números musicales cada semana...

MARCOS MUÑOZ



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