RECAPITULANDO: Estreno de 'SMASH' en España

Estamos de enhorabuena. Al fin podemos disfrutar de Smash en nuestro país. El canal de pago AXN White sirve de plataforma para el lanzamiento español de la serie, estrenada en la NBC el pasado 6 de febrero con una audiencia superior a los 11 millones de espectadores en su primer capítulo. Se trata de una producción de DreamWorks Television (con el mismísimo Steven Spielberg al mando) creada por Theresa Rebeck y con canciones, especialmente compuestas para la ocasión por Marc Shaiman y Scott Whitman. A día de hoy, en que se emite el último capítulo de la primera temporada en Estados Unidos, sabemos que hay renovación para una segunda. Y si esto sigue así, podemos asegurar que tendremos Smash para rato.

¿Qué tiene esta serie que nos gusta tanto? Smash nos traslada al mismísimo corazón de Broadway para mostrarnos todos los entresijos del proceso de creación de un nuevo musical, basado en la vida de Marilyn Monroe. Desde las primeras audiciones hasta el estreno en Boston, pasando por la búsqueda de financiación y el primer workshop para captar la atención de los inversores, esquivando las diferencias entre el equipo creativo y artístico para centrarnos en la rivalidad entre las dos principales aspirantes al papel de la mítica rubia.

A medida que la producción va adquiriendo forma, todos los involucrados en el proyecto deberán hacer balance para equilibrar sus caóticas vidas con el sacrificio, el agotamiento físico y mental, la dedicación ilimitada, y el compromiso extenuante e ineludible que toma un individuo cuando decide dedicarse plenamente al teatro, adaptando y moldeando no sólo su vida, si no la de las personas colindantes. Parejas, amantes, amigos, familia… aquí todo esto queda en un segundo plano. Lo que realmente importa es llegar a formar parte, por más mínima que sea nuestra aportación, de ese lugar (el favorito de todos los que aquí colaboramos) que se ha convertido en nuestro estado mental y espacio emocional ya hace tiempo, ese mundo aparte o universo paralelo con nombre propio. Ese Broadway que tanto amamos y que nos proporciona all those things we hold dear and near to our hearts.

¿Cuál es el valor añadido de Smash? Un reparto espectacular, unos personajes reconocibles, una música increíble y un argumento elaborado, versátil y verosímil. Lo descubrimos en el abrumador y emocionante primer capítulo, que ya nos ha robado el corazón.

Karen (Katharine McPhee) aspira a conseguir su primera oportunidad sobre las tablas mientras se gana la vida como camarera en una cafetería. Vive con su novio Dev (Raza Jaffrey), prometedor ayudante de la oficina de prensa del alcalde de Nueva York, que la anima en su afán e intuye en la chica a la estrella en la que algún día se convertirá, a pesar de que ella se ve como una mujer más bien insegura y algo frustrada por su autosupuesta carencia del sex appeal necesario para interpretar a la heroína de un musical. A su vez, Ivy (Megan Hilty) es miembro del elenco de Heaven on Earth, musical del tándem formado por Julia Houston (Debra Messing) y Tom Levitt (Christian Borle). La joven lleva más de diez años sin conseguir el papel protagonista que tanto ansía, y aunque empieza a perder las esperanzas no deja de presentarse a todo casting que se realiza en la ciudad.

Tom contratará a Ellis (Jaime Cepero) como asistente personal, quien sugerirá que el personaje de Marilyn Monroe es susceptible de ser convertido en libreto para un musical. La idea empezará a calar en la pareja de autores. A pesar de que Julia tiene un proyecto personal importante, como es la adopción de su segundo hijo, hará oídos sordos a la petición de su marido Frank (Brian d’Arcy James) de no embarcarse en un proyecto de tal envergadura.

Un incidente producido vía online hará que aficionados y crítica se hagan eco del primer boceto de canción interpretado por Ivy, buena amiga de Tom. El clamor popular llegará a oídos de Eileen Rand (Anjelica Huston), que verá como su acariciado proyecto de montar un revival de My Fair Lady se truncará al mismo tiempo que su matrimonio con Jerry (Michael Cristofer), importante productor teatral. Preocupada por su futuro profesional, contactará con Derek Wills (Jack Davenport), mujeriego director inglés, adoptado e idolatrado por Broadway, para escenificar un primer número musical del espectáculo. Enseguida descubriremos que Tom y Derek vieron truncada su amistad y su relación profesional, lo cuál añadirá tensión al asunto.

Una vez introducidos los protagonistas principales, prometemos que iremos presentando a los actorazos que los interpretan a medida que la trama se centre en cada uno de los personajes que interpretan.  Asimismo, y aunque evitaremos caer en cualquier tipo de spoiler, aseguramos la ironía de un guión punzante y afilado y los símiles de estos personajes ficticios con eminentes personalidades reales como Bob Fosse, Sutton Foster, Kristin Chenoweth… El caso más curioso es la similitud de Julia con la propia creadora de la serie, Theresa Rebeck, interesantísimo ejercicio semiótico que nos recuerda al maestro Luigi Pirandello, autor de aquél monumento literario llamado Seis personajes en busca de autor, suavizado y maquillado con un amplio abanico de bromas que no deja títere con cabeza (críticos que lo destrozan todo por norma, profesionales que se venden a ellos, burlas sobre el retrasadísimo estreno del musical  Spider-Man: Turn Off the Dark, los videos robados que podemos encontrar en la red…)

Mención especial para la música de este primer capítulo. Marc Shaiman y Scott Whitman, de quienes aún recordamos y aplaudimos sus canciones para Catch Me If You Can y Hairspray, han compuesto dos auténticas joyas, que podrían formar parte del libreto del mejor musical de la temporada. The National Pastime, con una pletórica Megan Hilty que nos deja petrificados no sólo por su parecido físico con Marilyn (no es casualidad que después del éxito de esta serie interprete y reinvente el papel que inmortalizó el mito del cine en la versión musical de Gentlemen Prefer Blondes, del ciclo Encores!) si no también (y sobretodo) por su talento vocal y su estilo coreográfico. Realmente impresionante. El mismo calificativo utilizamos para Katharine McPhee, que nos regala una Karen, que con su preciosa voz nos emociona con sus versiones de Somewhere Over the Rainbow y Beautiful para compartir triunfo con Ivy / Megan en ese hit instantáneo que ya es Let Me Be Your Star, espectacular clímax del capítulo que nos deja, literalmente, boquiabiertos y noqueados para rememorar lo que (para aquellos privilegiados que las hemos vivido) significan esas interminables standing ovations que cada noche hacen latir el corazón de Broadway.

Seguiremos esta serie muy de cerca. Más allá de su desarrollo recomendamos este episodio, que tiene la suficiente entidad propia para disfrutarlo una y otra vez. Definitivamente uno de los must see de la temporada.

De momento, os dejamos disfrutar de un avance de lo que veremos en próximos episodios. Enjoy!